La música es esencial para el desarrollo integral de los niños y las niñas, y la exploración de sonidos y ritmos desde edades tempranas es crucial para el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños.
Por ello, hoy vamos a hablar de los cotidiáfonos. El término "cotidiáfono" es una palabra compuesta que proviene del latín "cotidianus" que significa "cotidiano" o "diario", y "phone" que significa "sonido" en griego. En el contexto de la música y la educación musical, un cotidiáfono se refiere a cualquier objeto o instrumento musical que se encuentra en la vida diaria o cotidiana y que puede ser utilizado para producir sonidos musicales.
Los cotidiáfonos son una categoría amplia que incluye una variedad de objetos y materiales que no fueron originalmente diseñados como instrumentos musicales, pero que pueden ser utilizados de manera creativa para hacer música. Estos pueden incluir elementos como palmas, pies, voces, golpes en mesas o paredes, utensilios de cocina, botellas, cubiertos, baldes, y cualquier otro objeto que produzca sonidos cuando se golpea, frota, sacude o manipula de alguna manera.
La idea detrás del uso de cotidiáfonos en la música es promover la creatividad, la experimentación y la exploración sonora, así como también para hacer la música más accesible y relevante para las personas en su vida diaria. Los cotidiáfonos pueden ser utilizados en actividades musicales y pedagógicas para niños y adultos por igual, ya sea en el aula, en el hogar o en entornos comunitarios, y pueden ser integrados en diversas prácticas musicales como la improvisación, la composición, la interpretación y la educación musical.
Por esto, los instrumentos musicales caseros ofrecen una forma divertida y educativa de introducir a los niños y las niñas en el mundo de la música. En nuestro caso, vamos a realizar un cotidiáfono infantil utilizando una caja de pañuelos y gomas elásticas.
En primer lugar, este proyecto fomenta la creatividad y la imaginación al hacer a los niños y niñas pensar sobre cómo pueden crear sonidos utilizando objetos simples y disponibles en su entorno cotidiano. Al involucrarse en el proceso de diseño y construcción del instrumento, los niños y niñas desarrollan habilidades prácticas y manuales, así como habilidades de resolución de problemas al experimentar hasta llegar al sonido deseado.
Además, la fabricación de este cotidiáfono promueve el reciclaje y la reutilización de materiales, lo que ayuda a inculcar en los niños y niñas una actitud responsable hacia el medio ambiente desde una edad temprana. En este caso, nosotras realizamos un cordófono de cuerda pellizcada o pulsada, ya que el sonido se produce al vibrar una cuerda tensa.
Desde una perspectiva educativa, el cotidiáfono ofrece una oportunidad única para explorar conceptos relacionados con el sonido, como la vibración o la frecuencia, de una forma práctica. Al manipular las gomas elásticas en la caja de pañuelos y observar cómo cambia el tono y la intensidad del sonido, los niños y las niñas pueden experimentar directamente los conceptos musicales.
A nuestros cotidiáfonos nosotras les hemos llamado “LOS MONSTRUOS SONOROS”, y quedaron así.
Para realizarlos solo necesitamos los siguientes materiales: pintura de varios colores, palos de madera, gomas elásticas, pistola de silicona, silicona, pinceles, cartulina, rotuladores, lápiz y dos cajas de pañuelos.
La realización es muy sencilla. Primero pintamos las cajas de pañuelos con pinturas y las dejamos secar. Después pegamos dos palos de madera a la caja de pañuelos con silicona, para que las gomas quedaran separadas de la caja. A continuación, reforzamos la caja de cartón por dentro con más palos de madera, le pegamos dos ojitos hechos con cartulina arriba, y por último, introducimos seis gomas elásticas de manera que quedaran encima de los palos de madera, y… ¡YA ESTARÍAN LISTOS!
A continuación, os vamos a proponer tres actividades diferentes para trabajar con este instrumento.
Para un aula de tres años podemos realizar un concierto de canciones infantiles. Esta actividad consistiría en elegir canciones sencillas rítmicamente y fáciles de seguir, como por ejemplo “La Vaca Lola” o “El Baile de los Pajaritos”. A partir de aquí, primero el alumnado debe ir danzando al ritmo de la música y escuchando cómo la docente acompaña con el instrumento. Cuando consigan seguir el ritmo, se les puede invitar a los alumnos a que sigan ellos el ritmo con el instrumento reciclado, de uno en uno, y con la guía y supervisión de el/la docente.
Por otro lado, en un aula de cuatro años podemos realizar otra actividad con este instrumento reciclado. Consistiría en colocar a todo el alumnado en círculo y que el instrumento reciclado esté situado en el medio. Por turnos, van saliendo uno a uno al instrumento y deben realizar un ritmo simple con él, como por ejemplo “tum tum pak”, y por consiguiente, el resto del alumnado debe repetir este ritmo con su propio cuerpo, haciendo así percusión corporal. Esta percusión puede hacerse de muchas formas, como por ejemplo tocando las palmas, chasqueando los dedos, dándose golpecitos en los muslos, etc.
En cuanto al aula de cinco años, podrían realizar la creación y composición de una canción. De esta manera, alumnado y docentes de forma conjunta, deben hacer una lluvia de ideas sobre sentimientos, ideas, pensamientos u opiniones que quieran introducir en su canción, llegando a un consenso entre ellos. Y después de tener la letra, pasaremos a montar y crear la melodía, donde todos pueden utilizar el instrumento reciclado para probar diferentes ritmos y melodías y, finalmente, elegir una melodía entre todos. Incluso es posible que cada uno cree en clase su propio instrumento, ya que como habéis visto anteriormente, es un instrumento sencillo de realizar. Por último se podría interpretar esta canción en las diferentes aulas del ciclo.